QUE IRONIA, EN CANADA LOS NIÑOS SE BENEFICIAN CON LA GUERRA COLOMBIANA

Parece un chiste de mal gusto pero es la verdad. Las únicas personas que le pueden sacar algún provecho al conflicto armado colombiano son los niños que llegan a este país como refugiados huyendo de la sombra de la muerte y la desesperanza.

Afortunadamente para ellos existe una oportunidad de salir adelante y no verse involucrados en esa cadena sin fín, en que se ha convertido la guerra fraticida entre el gobierno de Colombia y los grupos terroristas que operan en ese país como son las FARC y las Autodefensas, entre otros.

Canadá ha sido por tradición un país de puertas abiertas para los refugiados, y por fortuna esas familias que llegan a diario desde Colombia y desde otros países consiguen una protección adecuada para salir adelante con sus famílias y lograr un porvenir social y educativo para los niños. Aquí, el sistema ha sido creado para eso. Todas las personas, independientemente sea su condición, contribuyen con los impuestos para ayudar a los demás y posicionar el país como uno de los que mejor calidad de vida tiene en el mundo.

Lástima que esa oportunidad no sea para todos los desplazados por la violencia y personas que tienen en alto riesgo su seguridad. Muchos avivatos logran convencer con mentiras a las autoridades canadienses y de este modo les quitan la oportunidad a personas que pueden perder la vida por culpa del terror que se vive con una guerra, como la que tiene Colombia. (Así el propio gobierno no lo quiera reconocer)

El sistema colombiano debería aprender un poco de cómo se forma un futuro próspero con sus ciudadanos desde la infancia, pero desgraciadamente la corrupción, el narcotráfico (con guerrilla y autodefensas) y los intereses personales de los que manejan el poder, impide que Colombia pueda brindarle una verdadera oportunidad a los niños . Hoy en día, ellos son los más afectados. Primero porque la situación socio-económica del país no los deja. Y segundo porque los grupos al margen de la ley los reclutan desde muy pequeños para vincularlos a la guerra entregándoles un fusil para asesinar a sus compatriotas y quitándoles un juguete para que se diviertan sánamente con ellos.

La guerra de por sí destruye, pero en este caso, la misma guerra le ha brindado a unos pocos la oportunidad de alejarse de ella para que los niños puedan crecer lejos y ajenos de un problema que está acabando con miles de vidas generación tras generación.